Además de los síntomas más comunes como dolor y rigidez en el cuello, el paciente con trastornos relacionados a un latigazo cervical (WAD, por sus siglas en inglés) también puede experimentar vértigo o mareos. Sin embargo, el vínculo entre vértigo y WAD es algo controvertido. En el 2021, un equipo de investigadores internacionales publicó un meta-análisis (una revisión de estudios previamente publicados) titulado " Vértigo Cervicogénico: Constante Controversia sobre su Lugar entre los Síndromes de Vértigo Posicional". En el artículo, los autores señalan que, a pesar de un considerable escrutinio e investigación, se han hecho pocos progresos para aclarar la causa y los mecanismos subyacentes de la enfermedad.
El término "cervicogénico" implica que el problema proviene de la columna cervical. Un paciente con vértigo cervicogénico (CV) experimentará síntomas en el cuello además de mareos o tendrá una historia de lesión en el cuello que precede al inicio del vértigo. Un tema que los autores citan es que la mayoría de las lesiones "del cuello" no son focales, sino que involucran algo más que solo el cuello. El latigazo cervical es un gran ejemplo, así como el vértigo posterior a un WAD generalmente implica varias estructuras que pueden afectar el equilibrio, incluyendo el sistema otolito (oído interno/órgano de equilibrio), el cerebro (estructuras corticales y subcorticales), el tronco cerebral, las arterias vertebrales, y las diversas estructuras en el cuello y la parte superior de la espalda.
A pesar de los muchos intentos (y fracasos) en la búsqueda de una sola prueba de diagnóstico para solidificar el diagnóstico de vértigo, ¡la buena noticia es que la atención quiropráctica ayuda bastante! Existe una fuerte evidencia de que la manipulación espinal del cuello y de la espalda media ayuda a estimular los mecanorreceptores ubicados en los músculos del cuello y en las inserciones de los ligamentos. Más específicamente, las células del huso muscular ubicadas en los músculos cortos profundos del cuello y en las fibras sensoriales que conectan los proprioceptores de la articulación facetaria con la médula espinal que alimenta la información hacia y desde el sistema vestibular (equilibrio) y otras partes del cerebro, todos juegan papeles importantes en ayudar a resolver el vértigo en los pacientes con WAD.
En el 2011, un grupo de investigadores australianos descubrió 14 estudios previos que reportaron una mejoría en los mareos usando intervenciones de terapia unimodal (terapia manual) o multimodal (más de una). Citaron mejoras en la estabilidad postural, posicionamiento articular, rango de movimiento, sensibilidad muscular, dolor de cuello, y velocidad de flujo sanguíneo de la arteria vertebrobasilar en su revisión sistemática. Una revisión sistemática más reciente del 2020 que incluyó 22 ensayos clínicos identificó la terapia manual, la rehabilitación vestibular (ejercicios oculares), el Tai Chi, y los ejercicios de reposicionamiento del canal como eficaces para el manejo del vértigo cervicogénico. Los médicos quiroprácticos pueden incorporar estos métodos en un plan de tratamiento para el paciente con CV, así como formar un equipo con los proveedores de atención médica aliados cuando sea apropiado.