Aunque nosotros normalmente asociamos el dolor de cuello, la rigidez, y la limitación del rango de movimiento con los trastornos asociados al latigazo cervical, un síntoma que está ganando atención en la comunidad de investigación en los últimos años es la lesión cerebral traumática leve (LCT leve), que también se conoce como conmoción cerebral, síndrome posconmocional, y síndrome posconmocional persistente. En particular, parece que la quiropráctica puede tener un papel en el manejo de la LCT leve relacionada con el latigazo cervical.
Una conmoción cerebral ocurre cuando el cerebro impacta contra el interior del cráneo, incluso en ausencia de un traumatismo craneal directo. Por ejemplo, el movimiento repentino hacia delante y hacia atrás característico del latigazo cervical puede provocar una conmoción cerebral incluso si la cabeza no golpea el volante, el airbag o el reposacabezas. Los síntomas pueden variar, dependiendo de la parte (o partes) del cerebro que se lesionen, así como de su gravedad. Sin embargo, los síntomas relacionados con la visión y el procesamiento visoespacial son muy comunes.
La forma en que el cerebro procesa la información visual es importante para cómo navegamos a través del espacio, pero no es la única forma en que el cuerpo realiza esta tarea. La propiocepción es la capacidad del cuerpo para percibir dónde se encuentran sus distintas partes en relación unas con otras con fines de movimiento y equilibrio. Esto se logra mediante nervios sensoriales especiales en la piel, músculos, articulaciones y tendones que envían información a la médula espinal, que luego pasa a través del cuello hasta el cerebro. Si los tejidos en la región de la columna cervical se lesionan—algo muy común en casos de latigazo cervical—entonces las entradas propioceptivas pueden verse obstaculizadas. Esto sugiere que algunos de los síntomas asociados con el LCT leve pueden deberse a lesiones en dos sitios: el cerebro y el cuello.
Los quiroprácticos están capacitados para brindar diversas formas de terapia manual cuyo objetivo es tratar la disfunción articular espinal y el correspondiente componente neurológico alterado asociado a ella. La disfunción articular espinal puede dar como resultado una alteración de la entrada sensorial al sistema nervioso central, lo que modifica la forma en que el cerebro procesa e integra la entrada sensorial y propioceptiva. Una vez corregida la disfunción de la columna vertebral, la integración sensoriomotora y la función cognitiva pueden mejorar.
Teóricamente, si una persona con LCT leve también sufrió un traumatismo en la columna cervical, entonces el tratamiento de la disfunción de la columna debería mejorar los síntomas de la conmoción cerebral. Eso es exactamente lo que los investigadores observaron cuando los adultos jóvenes con LCT leve recibieron atención quiropráctica como parte de su plan de tratamiento. En comparación con los pacientes de un grupo de control, los del grupo quiropráctico experimentaron mejores resultados en relación con la visión y el procesamiento visoespacial, lo que llevó al equipo de investigación a concluir que la quiropráctica tiene un papel en el manejo de los síntomas de conmoción cerebral en pacientes que también han sufrido lesiones en el cuello, como los involucrados en colisiones de vehículos de motor.
